Los alumnos de 1º de ESO del IES Montesclaros han leído esta novela. Asmir es un niño de 10 años que tiene que enfrentarse a la crueldad de la guerra. Es una historia real, sucedida en los Balcanes, que nos conmueve y que, según su autora, nos enseña el valor de la convivencia pacífica entre seres humanos de culturas o religiones diferentes.
El Día de la Paz estos alumnos compartieron las reflexiones que les sugirió la lectura de esta novela. Además, hicieron unos murales. Fíjate en sus colores: el blanco y el negro representan las consecuencias terribles de la guerra; la paz tiene muchos colores y de ella nos hablan personajes como Anna Frank, Rigoberta Menchú, Gandhi, Nelson Mandela, Zlata Filipovic o Asmir, el protagonista de nuestra historia.
Emily Ferreira nos da su receta para acabar con todas las guerras:
Gael, alumno de 1º ESO , participa en el III CONCURSO de Microrrelatos convocado por Amnistía Internacional, con su cuento sobre un niño africano enfrentado al horror de un conflicto bélico:
La
cruda realidad
Amanece en el
desierto. A lo lejos se oye el silbido de un águila. Abro los ojos lentamente y
vislumbro las doradas colinas de arena.
Me llamo
Yusaf. A causa de la pobreza tuve que dejar mi casa porque tengo un cuerpo
enfermizo que no sirve para conducir el ganado.
Abandoné mi
hogar, con la promesa de que algún día le mandaría algo de dinero a mi familia.
He ido de
ciudad en ciudad, buscando trabajo, pero nadie quiere a un niño tan débil como
yo.
Me levanto y
me dirijo a una gran ciudad, pero según me voy acercando, noto un sobrecogedor
sentimiento de soledad. Sangre y escombros por todas partes. Algo me dice que
me vaya, que me dé la vuelta y vuelva a
casa, pero hice una promesa y la voy a cumplir.
Avanzo en las
sombras, pues sé que aunque no lo parezca, hay personas apuntando a la calle con
objetos que matan. Seguí caminando, veía tiendas y casas destruidas, pero
sobretodo sangre y más sangre.
De repente vi,
en medio de la calle un papel. ¡Dinero! Pensé.
Lo cogí y
justo cuando me lo iba a meter en el bolsillo, se oyó un ruido y sentí un agudo
dolor en el muslo.
Caí inconsciente.
Cuando me desperté, estaba en un hospital, me toqué la pierna, ya no me dolía
tanto.
Había tenido
suerte, no a todos les rescatan de la calle
y les llevan a un hospital. Además
seguía teniendo el dinero.
Gael Gutiérrez
Ibáñez 1º ESO B